Cabaret Olé
Vuestro comandante,una vez más,en pos de conseguir la infiltración y comprensión total del entorno simio,se introdujo en las estaciones de batalla desde las cuales se mandan los mensajes codificados que sirven como instrucciones de combate.
La estación se encontraba alojada en la capital de la región. Decenas de humanos rodeaban la estación desde la cual se emitirían los códigos de ataque.
Tras una corta espera, los humanos se introdujeron en la estación a la espera de las órdenes. La estación se encontraba ornamentada y acondicionada en un emplazamiento de humanos fingidores. Los humanos fingidores son una subespecie que se dedican a engañar al resto mediante extraños gestos faciales mientras reciben la aprobación del resto de primates.
La estación se hallaba adecuada para el plan militar. Una decoración nada adecuada para la emisión de claves de combate,estaba dispuesta.
Fue entonces,cuando dieron la orden. Los humanos utilizaron extraños sonidos y luces. Sus mensajes se estaban volviendo más sofisticados. Fue entonces cuando un primate hembra comenzó a dar las ordenes de ataque,acto seguido,un simio realizando ejercicios físicos daba las instrucciones precisas para todos los presentes. El mensaje era recibido por todos ellos sin ningún tipo de duda.
Tras las emisiones de los mensajes,en algunas ocasiones,volvían a ser repetidos de nuevo. De algún modo,creo que he encontrado una falla en el sistema procesal de información humano,es como si necesitaran recibir la información dos veces para que sea efectiva de algún modo.
Finalmente,tras varios mensajes,algunos de ellos bastante confusos en los que se incluían apéndices reproductores humanos,los comandos de batalla fueron recibidos por todos los humanos.
Cual fue la sorpresa para este humilde capitán,cuando esos mismos mensajes fueron repetidos meses más tarde en el llamado reproductor de simios lumínicos.
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